viernes, 28 de marzo de 2008

(VII) ETIENNE MARCEL


Y dejar allá ETIENNE MARCEL como una exclamación, sin constancia ni recuerdo de haber estado, con dos jóvenes ensimismados en sí mismo, en círculo de pieles, atolondrados, inseguros en que camino tomar, pero a gusto en esa encrucijada bien cogidos el uno del otro.
Abre el libro y lee para sí: Diego Ernesto Silveira

Aquí vivimos
a largas penas, puñaladas putas del tiempo y los días
Pero aquí vivimos
Tendemos la ropa en los sueños
besamos bajito los santos sin corona
que fuman pitillos
que se hacen líneas de tiza
de la acera a la cama
como guías de ciego en los malos mares
Sacudimas las migas de pan a los patios
y los gorriones nos pagan con cantos
(Estribillo: acá se vive
a largas penas con más sonrisas
la carne y calle decimos de igual manera)


"Ra, ra, ra se mofa Oliveira. Aquellos treinta mil o eran más apoyando al compañero hace años en Santiago, la guitarra partidaria. Qué tentación del triunfo, de doblar la historia, del exito sutil y enmascarado. Las banderas rojinegras de hace cien años, la amanecida en Nicaragua, y los amigos, mis contemporáneos, que no llegaron a entrar en la capital, mis contemporáneos que reclamo, desaparecidos o muertos. Ñoaranza también. Puteo bajito que ellos merecen. Y los otros contemporáneos de ahí fuera, con las mantas de un lado a otro, subiendo y bajando escaleras hace dos días, la gendarmerie persiguiendo, inculpando según artículo trescientosyoquese de venta ambulante penable, querible, amable, besable. Los compañeros de ahí fuera y mi ausencia de acá dentro. Ra, ra, ra Oliveira", se mofa mientras se niega el tercer cigarro de la tarde.
"Y fumar es peligroso, pero sólo según la loi nº 9132. Y ya LES HALLES"




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